“Tantas vacaciones…”: lo que no se ve del trabajo docente
- elaulaabierta
- 15 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 ago
Cada año, cuando se acercan las vacaciones de verano, las redes se llenan de comentarios como:
“Qué suerte tienen los maestros, tres meses de vacaciones”.
“Yo también quiero ser profe, así viviría de puente en puente”.
Y aunque a veces pueden parecer simples bromas, lo cierto es que detrás de esas frases hay una percepción incompleta (y muchas veces injusta) del trabajo docente.
Hoy no vengo a quejarme. Vengo a poner palabras a lo que muchas personas no ven.
Porque la educación no es solo lo que ocurre en horario escolar… Y ser docente no es solo “estar de vacaciones”.
No trabajamos solo en el horario escolar: trabajamos mucho antes y mucho después
El horario lectivo es solo una parte del trabajo.
Después de cerrar la puerta del aula, seguimos con:
Correcciones
Reuniones
Coordinaciones
Evaluaciones
Preparación de clases
Atención a familias
Formación continua
Informes, documentos, memorias, burocracia…
Y muchas veces, esto ocurre de noche, en fines de semana o festivos.
Llevamos el aula en la cabeza (incluso cuando no estamos en ella)
El trabajo docente es profundamente emocional y mental. No se apaga al salir del cole.
Los profes nos vamos a casa pensando en:
Ese alumno que hoy estuvo más triste de lo normal
Esa familia que necesita apoyo
Esa clase que no salió como esperábamos
Esa alumna que dejó de participar repentinamente
Y todo eso, aunque no figure en un contrato, pesa. Nos atraviesa. Nos importa.
Las vacaciones no son privilegio: son reparación
No es un capricho. Es salud. Es recuperación. Es tiempo para:
Volver a dormir bien
Cuidar la voz
Descomprimir la mente
Recuperar el cuerpo
Cuidar la vida personal que durante el curso queda en segundo plano
Porque estar frente a tantas mentes (y corazones) cada día, durante meses, desgasta más de lo que se imagina desde fuera.
Y sí… también aprovechamos para formarnos
Muchos docentes usan parte de sus “vacaciones” para:
Hacer cursos (por iniciativa propia, no por obligación)
Rediseñar recursos
Renovar materiales
Planificar el siguiente curso
Actualizarse en pedagogía, tecnología o neuroeducación
Por eso, la próxima vez que escuches :“Vaya suerte, sois profes…”
Puedes responder con respeto, pero con claridad:
Sí, tenemos más vacaciones que otros sectores.
Pero también tenemos una responsabilidad inmensa, emocionalmente exigente y socialmente invisibilizada.
Y esas vacaciones no son un premio. Son un respiro.
Para volver. Para cuidar. Para seguir dando lo mejor de nosotros y nosotras a nuestros alumnos.
Y si eres docente, gracias por todo lo que haces (incluso cuando nadie lo ve).
Te mereces cada uno de tus días de descanso. Y más.
Cuánta razón tienes. Nuestra cabeza docente no deja de trabajar
¡Excelente! Gracias por poner en palabras lo que todo docente siente y piensa💓🤗